26 May Mensaje en la fiesta del Beato José Tous y de la celebración de los 175 años de la primera escuela.
¡PAZ Y BIEN!
“He aquí a tu hijo” (Jn 19, 26). El Viernes Santo escuchamos estas palabras del Evangelio pronunciadas por Jesús desde la cruz. El Buen Pastor, que entrega su vida por amor a todos nosotros, nos deja a su Madre para que cuide del rebaño. Y María, al pie de la cruz, se convierte en la Madre del Buen Pastor. Alrededor de Ella, todos somos rebaño, somos las ovejas de su Hijo que, custodiadas en su corazón maternal, siempre nos guía hacia Él. No en vano, el P. Tous nos puso bajo su amparo y nos repetía, una y otra vez: «María os llevará a Jesús».
Ahora que nos preparamos para celebrar los 175 años de la apertura de la primera escuela en Ripoll el próximo 27 de mayo, es bueno mirarnos a María con los ojos y el corazón de nuestro Fundador y descubrir la actualidad de su mensaje, tanto para nuestro crecimiento espiritual como para el acompañamiento pastoral.
A.- SEGLARES MDP DE VERDAD: «Nuestras hermanas son elegidas por la Divina Providencia para conducir almas al rebaño de la Divina Pastora» (J. T. Carta 18-10-1865).
Unas palabras que se refieren a las hermanas en los primeros años de su caminar en el Instituto. Sin embargo, hoy se convierten en una llamada a todos aquellos que sienten el carisma tousiano como un itinerario de vida cristiana que da sentido a sus vidas y les compromete. Es una llamada a la cual ustedes han respondido con una entrega total a Dios y a los hermanos, sostenidos por su gracia y por la compañía de nuestra Madre y Pastora. Y a Ella debemos llevar a las personas con quienes compartimos la vida: ¡Misión sublime! Una palabra brota del corazón: ¡GRACIAS! Y, al mismo tiempo, se hace necesario renovar cada día el compromiso como Seglares Capuchinos de la Madre del Divino Pastor, pidiéndole una fiel perseverancia. Madre y Pastora, guarda en tu corazón el tesoro de la vocación recibida y haz que siempre nos mueva el amor a Dios y al prójimo.
B.- CON CORAZÓN MISERICORDIOSO. Si decimos que los ojos son el reflejo del alma, nuestra Madre es toda ella misericordia. Esta es la experiencia mariana del P. Tous y, a la vez, nos la propone como fuente de inspiración en el apostolado, sea educativo, asistencial o de otra índole: «Deben considerar que todas las niñas que concurren a las clases son tiernas ovejitas de la Divina Pastora, nuestra cariñosa Madre. (…) Todos necesitamos que la divina Madre nos mire con ojos de misericordia» (J. T. Circular 1864).
Pero el P. Tous da un paso más: todos necesitamos la misericordia de la Madre, pues es preciso que Ella dirija su mirada hacia la miseria de nuestro corazón y la transforme con su bondad, ternura y amor. Somos invitados a vivir la experiencia de su cuidado maternal desde nuestra propia vulnerabilidad, fruto de la débil condición humana. Si dejamos que Ella cure nuestras heridas, seque nuestras lágrimas y nos transmita la paz y la alegría de vivir haciendo la voluntad de Dios, estaremos preparados para ser ACOMPAÑANTES ESPIRITUALES de aquellos con quienes compartimos la vida y la fe desde un CORAZÓN MISERICORDIOSO. porque como dice el Papa Francisco: «la misericordia es dar, ayudar, servir a los demás, y también perdonar y comprender» (GE 80). Madre y Pastora, envuélvenos con tu mirada tierna y amorosa y prepara nuestros corazones para ser acompañantes espirituales.
C.- EN “MODO PASTOREO”: Contemplemos el renovado «hágase» (Lc 1, 38) de María al pie de la cruz y, como Ella, acojamos en nuestro corazón las “ovejas” que van a nuestro lado para que «sean dignas ovejitas de tan buena Madre y Pastora Divina… y que no salgan jamás del redil del Buen Pastor Jesucristo» (J. T. Carta – 23-7-1864). Es un gran reto, ya que implica una labor pastoral de presencia, de oración, de acompañamiento, de silencios a veces cargados de sufrimiento, de prudencia y, sobre todo, de fortaleza interior para anunciar la Palabra que toca y transforma los corazones. También es una interpelación a vivir “en modo pastoreo”, buscando los caminos para ayudar a que otras personas conozcan, amen y sigan a Jesucristo. Madre y Pastora, condúcenos al corazón de las ovejitas confiadas para poder llevarlas a Jesús, el Buen Pastor.
Cierto, hermanas y hermanos de la Fraternidad de Seglares, hemos heredado un bello legado que mantiene todo su vigor en nuestros días. Delante de los desafíos actuales, hace falta audacia, osadía, implicación… y mucho amor a Dios y a los hermanos para que siga creciendo y desarrollándose con vitalidad. ¡Que EL AMOR NOS MUEVA! Atrévanse a hacer del amor a Jesús, a nuestra misericordiosa Madre y al prójimo el estandarte de la Fraternidad de Seglares Capuchinos de la Madre del Divino Pastor.
Sí, nos seguimos sintiendo interrogados por las palabras del P. Tous, verdadera inspiración del Espíritu que ha tomado diferentes concreciones según los tiempos y los lugares, manteniendo la esencia: la espiritualidad mariana y dar respuesta a las personas más necesitadas de nuestros contextos. Hoy, 175 años después de la fundación, ¿cómo viven los tres aspectos mencionados del carisma? Les propongo orar y reflexionar a nivel personal y en sus comunidades.
1.- Alaba al Señor porque con su providencia te ha elegido para ser Seglar Capuchino de la Madre del Divino Pastor. ¡Celébralo con tu comunidad!
2.- ¿Cómo se nota que eres un seglar Capuchino «con corazón misericordioso»? (mirada, gestos…).
3.- ¿Cuáles son tus actitudes como acompañante espiritual?
4.- Profundiza en ti mismo/a y revisa tu «hágase». Si es necesario, resitúalo desde tu SER PASTOR/A del rebaño confiado, reflejándote en el pastoreo de la Divina Pastora: escucha atenta, ternura, cercanía, sencillez, silencio, oración, vigilancia…
Estamos de enhorabuena: Celebrar es agradecer y, al mismo tiempo, comprometernos con una fidelidad renovada y creativa para vivir plenamente el regalo recibido y, así, seguir siendo un don para la Iglesia y para nuestro mundo, ya que debemos ser testigos de Cristo y, así, procuraremos «el bien espiritual y temporal del prójimo» (J. T. Const. 1851, Cap. 1).
María, Madre y Pastora nuestra, confiamos en tu corazón todos nuestros anhelos e inquietudes. Danos la fe necesaria para creer firmemente que «todo saldrá conforme sean los designios de la Providencia divina» (J. T. 16-6-1868). Asimismo, queremos hacer nuestras las palabras del P. Tous:
«Hasta ahora nada les ha faltado de lo necesario para vivir decentemente y confío en que adelante no les ha de faltar, teniendo como tienen tan buena y rica superiora y abadesa, la Divina Pastora de las almas» (J. T. Carta 6-12-1864).
Deseándoles unas celebraciones llenas de gozo espiritual y alegría fraterna, les abraza su hermana,
Mª Carme Brunsó Fageda.
Superiora General.
Barcelona, 17 de mayo de 2025.