

En Pallejá, el 15 de febrero de 10 a 14 horas, se llevó a cabo el Retiro Matinal dirigido a la Familia Tousiana, organizado por la Comunidad Laurel.
El tema fue: “EL ACOMPAÑAMIENTO DESDE EL CORAZÓN DEL BUEN PASTOR”. La jornada estuvo abierta a todos aquellos que quisiesen aprovechar un encuentro con Dios en compañía de la Familia Tousiana. Los asistentes llegaron a ser 40 personas y, los ecos que nos han llegado, han sido de una buena valoración, tanto por el contenido, como por el ambiente de oración y de compartir fraterno que se respiró entre todos los participantes.
Los dos ponentes, el Sr. Josep Otón y la Hna. Susana Oconitrillo, expusieron los temas asignados de manera que a los participantes les parecieron interesantes y profundos y, al mismo tiempo, dio pie para meditar de manera personal y grupal. La Eucaristía fue presidida por Mossèn Josep Sellarés, párroco de Santa Eulalia de Pallejá. Fue muy bien preparada por parte de todos y esto facilitó una participación muy activa.
El retiró concluyó con una comida, compartiendo los alimentos que cada participante había preparado, en un ambiente de fraternidad y alegría.
Participó en el retiro una pareja que cumplía 33 años de matrimonio, justo este mismo día. Ellos son Víctor y Pilar. Transcribimos a continuación unos fragmentos del testimonio de Pilar:
“La jornada de ayer fue inesperadamente intensa e interpeladora. Desde aquí, mi profundo agradecimiento a la Comunidad Laurel, por su esfuerzo y dedicación en la preparación. También al Dr. Josep Otón, y a la Hermana Susana que puso su corazón en una bella y profunda presentación. Para mí, es esencial el encuentro con el Señor en la oración y en el silencio.
En mi familia la figura del rebaño de ovejas es muy conocida. La figura del pastor me es también muy conocida y estimada. Contemplar un rebaño, es contemplar una diversidad de caracteres. No hay dos ovejas iguales. Cada una tiene su propio talante. Pero lo que sí tienen en común, es la capacidad de aprender a reconocer el tierno balido de su madre, y después la voz del pastor.
Aunque estoy acostumbrada a orar con el Salmo 22 del Buen Pastor, la charla de ayer me interpeló de una manera distinta: los laicos y laicas también somos llamados a ser pastores y pastoras como el Buen Dios.
Al meditar sobre la segunda pregunta: ¿Cómo te has sentido cuidada por las personas que ejercen responsabilidades pastorales? Pensé en tres sacerdotes que han sido referentes en mi vida: su sonrisa al verme llegar, su acogida con simpatía y afecto de padre, sus ganas de escucharme con tranquilidad; la sabiduría y sobriedad en las respuestas…También pensé en las Hermanas, en los encuentros que hemos hecho en mis estancias en Pallejá: su sonrisa al verme, el calor de su acogida, sentirme amada y como en casa, compartir la misma fe y confianza… y también regresar a casa con algún detalle: un rosario, un libro o unos higos del huerto.. ¡Qué gozo!
El Señor me pide escuchar como una madre, hermana o amiga. Escuchar requiere la sabiduría de Dios y, si es el caso, poner bálsamo en las heridas. Pero, sobre todo, orar con o por aquella persona. También me hizo pensar en la tarea pastoral de trasmitir la Palabra de Dios y la de preparar a los hermanos y hermanas para los Sacramentos: lo tendría que hacer con amor de madre, transmitiendo la luz del Padre desde la humildad y con su ayuda.
Pero aquí no acaba todo. Cuando Víctor dio a conocer a la comunidad “Laurel”, que el quince de febrero cumplíamos treinta y tres años de casados, lo hizo desde el gozo de compartir una feliz casualidad. No imaginábamos ni esperábamos todo lo que hicieron por nosotros. No tengo palabras para expresar que nos han hecho muy felices por la acogida y por celebrarnos este momento importante de nuestra vida.
Al Padre Tous nos encomendaremos para ser los buenos pastores y pastoras que necesita nuestro mundo y para caminar como buenas ovejitas hacia la vida eterna”.