¡A CELEBRAR!

Una fecha inolvidable: el 17 de marzo de 1850. Este día las jóvenes Isabel Jubal, Marta Suñol y Remedio Palos estrenaban la vida comunitaria como Capuchinas en Ripoll y se preparaban para abrir la primera escuela.

 

Hoy, 175 años después, lo celebramos con un profundo agradecimiento a Dios, pues el carisma legado por el P.  José Tous y por la M. Remedio sigue vivo en nosotras como camino específico de vivir el Evangelio desde nuestra consagración: ¡EL AMOR NOS MUEVE!

Y la casa de Pallejá ha sido el lugar elegido para celebrarlo. Os compartimos la crónica de este día, marcado por el aroma de la fraternidad.

“Hoy sábado, 29 de marzo de 2025, amanece un día ventoso, de cielo azul y sol radiante. ¡Gracias, Señor, por la Madre Tierra! Alrededor de las 10 de la mañana van llegando las primeras hermanas recibidas con la música de fondo: ¡A celebrar!, los abrazos fraternos y el refrigerio, mientras una delicada ambientación de la casa nos hace sentir que es un gozo celebrar la vida del Instituto.

 

La comisión organizadora da las orientaciones y todas nos dirigimos a la Sala Mare Remei, donde la Madre General nos saluda y nos presenta la obra de teatro: UN BELLO PROYECTO CONVERTIDO EN REALIDAD, el cual consta de tres escenas:

 

  1. Llegada a Ripoll. El proyecto – febrero de 1850.
  2. Firma del contrato: 17 de marzo de 1850.
  3. Primer día de clase: tarde del 27 de mayo de 1850.

 

Atención, expectación, sorpresa, risas, aplausos… y mucho agradecimiento por la convicción, la sencillez y la audacia del P. Tous y de las tres jóvenes en aquellos inicios del Instituto, así como por la bonita iniciativa de la comisión de recrearnos estos inolvidables momentos. ¡Qué “actrices”! Logran transportarnos a Barcelona cuando preparaban con ilusión el viaje a Ripoll, consiguen meternos en la conversación con la secretaria del alcalde de Ripoll preparando el momento de la firma del convenio y, finalmente, nos entusiasman con la labor educativa bajo la guía de la Divina Pastora mientras conversan con una madre de familia en la tarde del primer día de clase, aquel 27 de mayo. ¡Qué regalo recordar y agradecer juntas nuestra historia!

 

Después de una pausa… nos disponemos a compartir las propuestas lúdicas de cada comunidad presente en el encuentro: juego de pistas, Kahoot, cuestionarios en pequeños grupos, poemas, cantos y, también, globos con los valores del carisma… ¡no dejarlos “caer al suelo”! La creatividad nos lleva a una activa participación de todas las hermanas.

 

Se acerca el mediodía y nos reunimos en el comedor a las 13:30 h. Después del Ángelus y de la bendición de la mesa con el canto “Oh, quin gran goig, quina joia quan els germans s’estimen!”, nos espera una ensalada y una gran paella para las 25 hermanas presentes. Degustamos el arroz  mientras compartimos animosamente en la mesa y…. ¡cha… chan!: El pastel de tres pisos con  los números 175 y 200 y el logo.  La hermana mayor, Dolores Gallegos, y la menor, la novicia Digna Díaz, apagan las velas mientras todas movemos la bengala que sostenemos en nuestra mano. Y, antes del brindis, expresamos cada una de nosotras los deseos de nuestro corazón: un verdadero compartir los anhelos más profundos mirando el Instituto y agradeciendo el carisma.

 

Y nos preparamos para la Eucaristía, la gran acción de gracias a Dios por tanto bien recibido a lo largo de los 175 años de historia y por nuestra hermana mayor, la M. Remedio Palos. Empiezan a llegar laicos y religiosos de otras congregaciones, les acogemos con nuestros saludos de bienvenida y a las 16:30  h. (con retransmisión por YouTube) iniciamos la celebración presidida por Fra Jesús Romero, ministro provincial de los Capuchinos de Cataluña, y concelebrada por Fra Josep Mª Segarra y Fra Lluís Arrom, ofmCap. La monición de entrada, los cantos, las ofrendas, la homilía del celebrante y las palabras finales de la Madre General, Carme Brunsó, complementan la liturgia eucarística y nos hacen sentir pertenecientes a una familia que celebra la fe, que crece en fraternidad y camina en esperanza, desde la confianza en Dios que nos infundió el Beato José Tous. ¡Gracias, Señor, por regalarnos la familia carismática para vivir el Evangelio y caminar juntos hacia Ti de la mano de nuestra Madre y Pastora!

 

Una jornada que concluye con una merienda para todos los asistentes y, poco a poco, nos vamos despidiendo  con la mirada brillante, la sonrisa en los labios, la gratitud en el corazón y la firme convicción de ser herederas de un carisma que alienta nuestro caminar siguiendo al Buen Pastor y nos alimenta para ser portadoras de la Paz, el Bien y el Gozo de su Evangelio. María, Madre del Divino Pastor, infúndenos coraje, firmeza y pasión para vivirlo en plenitud:

¡QUE NOS SIGA MOVIENDO EL AMOR!”.

GRACIAS, GRACIAS A DIOS, A NUESTRA MADRE Y PASTORA,

AL BEATO JOSÉ TOUS, A LA M. REMEDIO

Y A LAS HERMANAS DE LA COMISIÓN QUE HAN ORGANIZADO

ESTE BELLO COMPARTIR FRATERNO.