MISIONES DURANTE LA SEMANA SANTA 2023
La Comunidad de Managua vivió en clave misionera la Semana Santa, pues las hermanas Arcenia Picado, Lourdes Espridión y Carolina Álvarez se desplazaron juntamente con un Voluntario Capuchino y la joven vocativa Mª Eugenia Treminio, a diferentes comunidades de la Parroquia de san Francisco Libre y san Rafael del Sur. Las que quedamos en casa rezábamos por ellas y ofrecimos los trabajos y sacrificios del día por los frutos espirituales de la misión.
Así expresaron su experiencia las Hnas. Lourdes Espridión y Carolina Álvarez: “En la comunidad de Obraje la experiencia fue muy positiva. Es una comunidad que necesita evangelización, porque solamente hay una delegada de la Palabra, sin embargo, nos acogieron con bondad y junto con ella organizamos las actividades que se realizaron durante la semana. Los días lunes, martes, miércoles y sábado visitamos las casas con el objetivo de conocer sus realidades, compartir la Palabra de Dios e invitarles a los encuentros que se realizarían de manera comunitaria en la Iglesia. Tuvimos encuentros con niños, con jóvenes e hicimos formación. Realizamos junto con el pueblo todas las celebraciones del Triduo Pascual, culminando con gozo la Vigilia Pascual. Consideramos que haber visitado este lugar nos ha ayudado a comprender el misterio de la Resurrección de Cristo como fuente de esperanza en las diferentes realidades del mundo”.
Todos regresaron muy contentos de haber compartido la Palabra y la Eucaristía con los pobladores de esas comunidades a las que pocas veces al año pueden visitar los sacerdotes encargados. La gente agradece que los misioneros lleguen a compartir con ellos sus carencias y sus riquezas, y que les llenen de esperanzas y les animen en la fe. Como dice el Voluntario Capuchino: “recibimos más de lo que dimos”, pues el Señor bendice la entrega. (Hna. Isabel Varela).
Experiencias misioneras en Costa Rica.
“Mi experiencia con la comunidad de Nueva Guatemala, Cañas, me ayudó a valorar más la presencia real de Jesús en la Eucaristía, ya que el ver aquella comunidad tan católica, acogedora, sedienta de la Palabra de Dios y con deseos de ser instruida llenó mi corazón de mucha esperanza, ganas de seguir luchando por la vocación que Dios me ha regalado y por las vocaciones, para así, dar a conocer a Cristo adonde quiera que esté” (Hna. Elieth Vallecillo).
“Pasamos la mañana, compartiendo la Palabra de Dios, dando a conocer nuestro carisma y escuchando y dando esperanza a cada familia. Por la tarde hacíamos diferentes actividades con los niños y jóvenes, o impartíamos temas con los agentes de pastoral. Además, hacíamos celebraciones de la Palabra de Dios, a las cuales las personas se acercaban con mucho amor y devoción. Doy gracias a Dios, a nuestra Madre María y a nuestro Instituto por darnos la oportunidad de ir a compartir con las familias, y así ver otra realidad diferente a la de nuestros colegios. La misión no terminó si no que continúa día a día a través de mis oraciones y mi servicio”
(Hna. Johana Jarquín).
“De verdad que nuestro corazón ardía al ver que estas personas querían saber de Jesús. La gente quedó muy contenta y agradecida por lo que también nosotras damos gracias a la Congregación por esta experiencia” (Hna. Leonarda Arellano y novicia Cándida González).
“Fue una oportunidad para conocer cómo viven las personas de estas comunidades, algunas poco activas y otras muy activas dentro de la Iglesia. Dichas comunidades nos brindaron una acogida muy especial. A pesar de ser comunidades rurales, pudimos apreciar cómo trabajan para mantener unas Capillitas muy ordenadas y bien construidas. Sigamos orando al Dueño de la mies para que envíe nuevos obreros, pues la cosecha es abundante”. (Hna. Jeisy Álvarez).
“El Miércoles Santo salimos a las 9:00 de la mañana de la comunidad de los Lirios a la comunicad de San Alejo, en la tarde tuvimos Misa, después acompañamos a Fray Juan Pablo a visitar a algunos enfermos y darles la comunión. ¡Qué experiencia más extraordinaria de llevar a Jesús y poderlo tener con nosotras por unos días! ¡Y que alegría sentíamos al ver esos rostros radiantes de felicidad al recibir a Jesús!” (Hna. Lucía Chach).