

La Comunidad de Managua vivió en clave misionera la Semana Santa, pues las hermanas Arcenia Picado, Lourdes Espridión y Carolina Álvarez se desplazaron juntamente con un Voluntario Capuchino y la joven vocativa Mª Eugenia Treminio, a diferentes comunidades de la Parroquia de san Francisco Libre y san Rafael del Sur. Las que quedamos en casa rezábamos por ellas y ofrecimos los trabajos y sacrificios del día por los frutos espirituales de la misión.
Así expresaron su experiencia las Hnas. Lourdes Espridión y Carolina Álvarez: “En la comunidad de Obraje la experiencia fue muy positiva. Es una comunidad que necesita evangelización, porque solamente hay una delegada de la Palabra, sin embargo, nos acogieron con bondad y junto con ella organizamos las actividades que se realizaron durante la semana. Los días lunes, martes, miércoles y sábado visitamos las casas con el objetivo de conocer sus realidades, compartir la Palabra de Dios e invitarles a los encuentros que se realizarían de manera comunitaria en la Iglesia. Tuvimos encuentros con niños, con jóvenes e hicimos formación. Realizamos junto con el pueblo todas las celebraciones del Triduo Pascual, culminando con gozo la Vigilia Pascual. Consideramos que haber visitado este lugar nos ha ayudado a comprender el misterio de la Resurrección de Cristo como fuente de esperanza en las diferentes realidades del mundo”.
Todos regresaron muy contentos de haber compartido la Palabra y la Eucaristía con los pobladores de esas comunidades a las que pocas veces al año pueden visitar los sacerdotes encargados. La gente agradece que los misioneros lleguen a compartir con ellos sus carencias y sus riquezas, y que les llenen de esperanzas y les animen en la fe. Como dice el Voluntario Capuchino: “recibimos más de lo que dimos”, pues el Señor bendice la entrega. (Hna. Isabel Varela).
“Mi experiencia con la comunidad de Nueva Guatemala, Cañas, me ayudó a valorar más la presencia real de Jesús en la Eucaristía, ya que el ver aquella comunidad tan católica, acogedora, sedienta de la Palabra de Dios y con deseos de ser instruida llenó mi corazón de mucha esperanza, ganas de seguir luchando por la vocación que Dios me ha regalado y por las vocaciones, para así, dar a conocer a Cristo adonde quiera que esté” (Hna. Elieth Vallecillo).
“Pasamos la mañana, compartiendo la Palabra de Dios, dando a conocer nuestro carisma y escuchando y dando esperanza a cada familia. Por la tarde hacíamos diferentes actividades con los niños y jóvenes, o impartíamos temas con los agentes de pastoral. Además, hacíamos celebraciones de la Palabra de Dios, a las cuales las personas se acercaban con mucho amor y devoción. Doy gracias a Dios, a nuestra Madre María y a nuestro Instituto por darnos la oportunidad de ir a compartir con las familias, y así ver otra realidad diferente a la de nuestros colegios. La misión no terminó si no que continúa día a día a través de mis oraciones y mi servicio”
(Hna. Johana Jarquín).
“De verdad que nuestro corazón ardía al ver que estas personas querían saber de Jesús. La gente quedó muy contenta y agradecida por lo que también nosotras damos gracias a la Congregación por esta experiencia” (Hna. Leonarda Arellano y novicia Cándida González).
“Fue una oportunidad para conocer cómo viven las personas de estas comunidades, algunas poco activas y otras muy activas dentro de la Iglesia. Dichas comunidades nos brindaron una acogida muy especial. A pesar de ser comunidades rurales, pudimos apreciar cómo trabajan para mantener unas Capillitas muy ordenadas y bien construidas. Sigamos orando al Dueño de la mies para que envíe nuevos obreros, pues la cosecha es abundante”. (Hna. Jeisy Álvarez).
“El Miércoles Santo salimos a las 9:00 de la mañana de la comunidad de los Lirios a la comunicad de San Alejo, en la tarde tuvimos Misa, después acompañamos a Fray Juan Pablo a visitar a algunos enfermos y darles la comunión. ¡Qué experiencia más extraordinaria de llevar a Jesús y poderlo tener con nosotras por unos días! ¡Y que alegría sentíamos al ver esos rostros radiantes de felicidad al recibir a Jesús!” (Hna. Lucía Chach).