CONSAGRACIÓN DE VOLUNTARIOS CAPUCHINOS.

El día 27 de febrero en la Capilla del Colegio “Madre del Divino Pastor”, de Guadalupe, El Alto, en san José, tuvo lugar la Consagración de dos Voluntarios Capuchinos, el matrimonio formado por Francinie Ugalde y Manuel Chaves. A continuación ellos mismos expresan su sentir, después de haberse consagrado a la Virgen: “Fuimos llamados a ser Voluntarios Capuchinos de la Madre del Divino Pastor, en el momento justo y necesario para acrecentar nuestra fe y nuestro amor al Señor. Iniciamos el proceso en un momento histórico de la humanidad, la Pandemia provocada por el COVID-19; esto nos permitió vivir en comunidad con los hermanos Voluntarios de Nicaragua. Además de profundizar en el carisma Capuchino y Tousiano, por medio de    los testimonios de los           santos de la Congregación.

 

Asimismo acrecentar  nuestra devoción y amor a María, nuestra Pastora.

 

El llamado y el proceso lo hemos vivido en comunidad, como Matrimonio, como familia, como Iglesia doméstica, escuchando al Señor que nos  pide          que        “seamos santos como Él es Santo” (cf. Mt 5, 48). Esto significa ser testigos de su amor en todas las esferas de nuestra vida, amando sin límites, con entrega. El Evangelio que la Iglesia nos propuso para ese día (Mt 25, 31-46), nos recordó cómo Dios quiere que sea nuestro amor hacia el prójimo; en ese camino de santidad responder al llamado de Dios es indispensable, pues Él es fuente y culmen de nuestra fe. Así, pues, amando al prójimo lo amamos a Él.

 

En el contexto de la Cuaresma que inicia, con el llamado vehemente de Dios a la conversión, nos es aún más significativo que celebremos nuestro compromiso cristiano. Dios es un Dios que habla, que nos habla constantemente, quiere que hablemos con Él. En la comunidad de Voluntarios Capuchinos de la Madre del Divino Pastor, hemos encontrado una manera de responder, de entablar una relación personal con Dios, a imagen de lo que hizo nuestro beato fundador, José Tous.

Este Lunes 1° de Cuaresma, coincidió con una celebración particular de nuestra familia Tousiana, cuando recordamos la partida al cielo del Beato José Tous, lo cual es todo un privilegio dado por Dios. Este regalo de Dios nos hace recordar que la oración, la Eucaristía y la devoción a nuestra Madre del Divino Pastor nos abren las puertas a la vida eterna.  Por eso, desde que inició, fue un día entregado al Señor: desde que abrimos nuestros ojos y agradecimos por el don de la vida; desde nuestros trabajos y, con las hermanas, compartiendo la Hora Santa, hasta la Eucaristía y el ágape, todo como acción de gracias a Dios por el don de ser consagrados a nuestra Santísima Madre. Sentimos su amor y su bondad en cada instante, sobre todo en las personas que nos acompañaron y se alegraron por nuestro crecimiento en la fe. Nos sentimos amados también por el Señor y por la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor que ahora nos acogen como parte de su familia.

 

En nuestra vida particular tenemos la misión de santificar nuestro Matrimonio, devolverle al Señor a nuestros hijos, hechos cristianos. Además de servirle a Dios por medio de la Educación y la Salud, gracias a los dones que Él nos regaló y vivir plenamente la vida Parroquial a través del Ministerio de la Catequesis, todo esto con el compromiso de vivir según el carisma Tousiano. Al ser consagrados como Voluntarios no llegamos al final de este proceso, sino que, por el contrario, es el inicio de algo nuevo; porque queda en el corazón la necesidad de responder a este llamado y atraer más ovejas hacia el Amor de los Amores. Nos confiamos a la intercesión de María, Madre del Buen Pastor, el Beato José Tous y de los santos y beatos de la gran familia franciscana, con quienes ahora compartimos aún más nuestro modo de vivir la fe cristiana. Que el espíritu de esta familia nos una cada día más como hermanos en nuestro caminar, juntos, hacia Dios”.

 

Francinie Eugenia Ugalde Castillo
Manuel de Jesús Chaves Alvarado