IV Jornada de Formación en línea. “Memoria agradecida y abrazar el porvenir con esperanza”.
El 17 de julio, a las 16:00 horas, nos reunimos todas las comunidades del Instituto -en línea- para asistir a la IV Jornada de Formación.
La jornada inició con un alegre saludo de parte de la Hna. Noemy Mora, quien se encargó de coordinar la jornada a través de la plataforma Zoom. A continuación, escuchamos las palabras de bienvenida de la Madre General, Mª Carme Brunsó, y nos dispusimos a la oración: con el tema “NUESTRA SUPREMA ABADESA”, espacio contemplativo, dirigido por la Hna. Martha Patricia Serrano quién nos recordó cinco deseos del P. Tous en relación al amor filial a María, Madre del Divino Pastor.
Seguidamente os presentamos un resumen de las dos partes de este encuentro:
I PARTE: MEMORIA AGRADECIDA AL SEÑOR, AL INSTITUTO Y A LAS HERMANAS.
Con énfasis en la alegría:
La Hna. Dorotea Martorell (comunidad de Igualada), nos dice que hemos de recordar y cantar con alegría al Señor en la Liturgia y, sobre todo, en la Eucaristía. Afirma que nos sostenemos sobre sólidos pilares: la historia del Instituto y el ejemplo de hermanas nuestras que han vivido la perfecta alegría franciscana. Nos comparte la alegría del cumplimiento del deber y, también, de aquellos momentos en que podemos alentar, ayudar y colaborar en nuestra fraternidad.
Con énfasis en la contemplación:
La Hna. Bernarda Gómez (El Vaticano), se identifica con la frase de San Agustín: “Tarde te amé, amor infinito”. Nos explica su recorrido en la vida espiritual que nos hace exclamar: Tarde, pero ¡con qué intensidad! Todo un camino hacia la contemplación: El sencillo gesto de ver santiguarse a su padre ante una imagen de la Virgen, dejarse acompañar para aprender a rezar, hacerse la gran pregunta: ¿quién es Jesús para mí?, amar a María, alegrarse de poder recibir a Jesús Eucaristía y visitarlo en el Sagrario, pasar tiempo ante el Santísimo expuesto, repetir jaculatorias, buscar la santidad porque Dios quien nos ha llamado es Santo… En definitiva, nos hace una invitación a ser contemplativas para ser verdaderas capuchinas. Un programa de vida para crecer en la unión con Dios.
Con énfasis en el amor a la Madre del Divino Pastor:
La Hna. Inés Chanagá (comunidad de Tunjuelito), nos comenta que el amor a María nació en el seno familiar y que creció al amparo de la mirada de la Madre del Buen Pastor. La confianza en el Hijo que nos lleva a hombros como ovejas de su rebaño y la escucha continua de aquel “haced lo que El os diga” convierten a María en modelo de consagración y nos despierta el corazón ante el sufrimiento de los hermanos.
Con énfasis en la minoridad franciscana:
La Hna. Isabel Alvarado (comunidad de Barcelona-Bailén), inicia su intervención diciendo que el rasgo de la minoridad franciscana va impregnado en nuestro ser y que es bueno hacer memoria del rastro luminoso que han dejado y que dejan nuestras hermanas en su esfuerzo por vivir haciendo el bien sencillamente, sin hacer ruido. Nos invita a fortalecer nuestra relación con Dios para aprender de Él la misericordia y la pobreza, descubriendo así la voluntad de Dios y su paso en nuestra vida.
Con énfasis en la fraternidad:
La Hna. Lucila Rivas (comunidad de Diriamba), con sus palabras hace una explosión de agradecimiento por el don de la fraternidad. Nos invita a profundizar en el testamento espiritual del Padre Tous: UNIÓN, PAZ Y CARIDAD. A la vez, a volver a las Constituciones para recuperar actitudes claves para la vida fraterna como el respeto, la acogida, el cuidado, la obediencia mutua, compartir todo, sufrirnos las imperfecciones, pedirnos perdón, orar unas por otras… Agradece los momentos alegres y también los tristes, porque todo nos sirve para el bien.
Con énfasis en la misión:
La Hna. Victoria Hernández (comunidad de La Unión), nos afirma que MISIÓN es estar en actitud de disponibilidad ante el envío: “Heme aquí, Señor, envíame”. Esta fue la actitud de las siete hermanas que fundaron en América y hemos de aprender, como ellas, a ir a la fuente que renueva las fuerzas: la oración, el amor a la Eucaristía y el amor al prójimo. Asimismo, nos invita a crecer en la fe y en el amor a la Iglesia, a tener ganas de aprender, sobre todo de la gente sencilla, a dar la mano a María y a saber que la iniciativa siempre es de Dios. Es Él quien nos convierte en misioneras, aunque seamos simples “cacharros viejos”.
Con énfasis en la educación de la infancia y la juventud:
La Hna. Bernarda Mora (comunidad de Coloradito), nos recuerda que el Señor nos llamó a un Instituto dedicado a la educación. El objetivo es claro: llevar a la comunidad educativa al encuentro con Dios, formando integralmente, formación humano-cristiana, pues nuestro modelo es Jesús el Buen Pastor. Nos da dos consejos muy importantes: acercarse al Sagrario para pedir fuerza y gracia e invitar al Padre Tous a nuestro lugar de trabajo para que nos contagie la paz, la serenidad, la confianza y la fe. Concluye: la labor que realizamos tiene sentido y no nos debemos cansar de sembrar.
II PARTE: ABRAZAR EL PORVENIR CON ESPERANZA. ¿CUÁLES SON LOS RETOS QUE NOS DESAFÍAN?
En esta 2ª parte intervienen las hermanas: Celina Prieto (comunidad de Barcelona-Bailén), Carmelina Vásquez (comunidad Noviciado, Costa Rica), María del Carmen Aparicio (El Vaticano), Lilliam Martínez (comunidad Juniorado, Costa Rica), Miriam Rojas (comunidad de Managua), Susana Oconitrillo (comunidad de Igualada) y Maritza Vargas (comunidad de Santa Catarina Pinula).
A continuación presentamos las propuestas que nos han compartido estas hermanas, en forma de retos o desafíos, para abrazar el porvenir con esperanza:
- Seguir ahondando, guiadas por el Espíritu del Señor, en nuestras raíces contemplativas, caminando juntas, animando y sosteniendo comunidades fraternas que irradien amor mutuo y despierten esperanza.
- Mantenernos abiertas al Espíritu Santo para seguir discerniendo y buscando nuevas formas de evangelización.
- Continuar profundizando en nuestro ser hermanas con fuerza interior, sentido de pertenencia y minoridad: el sello de nuestro apostolado.
- Permanecer enraizadas en la pobreza franciscana, abriéndonos a presencias educadoras entre los más empobrecidos.
Cabe mencionar que las intervenciones de las hermanas se alternaban con unos “anuncios” sobre los rasgos del carisma que ponían mensaje, color y música a la jornada.
Las participaciones de las hermanas al final de cada una de las partes, reflejaron la gratitud por la interpelación que supone escucharnos, compartir y buscar juntas el querer de Dios para nuestro Instituto. La Madre General con un mensaje final concluyó la jornada, invitándonos a invocar mucho al Espíritu Santo y a serle dóciles como nuestra Madre y Pastora. Y nos lanzó una pregunta: “¿Qué te llevas de esta formación?” Después de unos momentos de silencio, en el chat iban apareciendo estos términos, expresión de nuestro sentir:
Seguir caminando con paciencia y optimismo
Necesidad de escucha
Necesidad de renovar mi entrega
Somos un cuerpo vivo movido por el Espíritu
Apertura al don del Espíritu
Disponibilidad Confianza en la providencia
Redescubrir la voluntad de Dios
Futuro, amor Desprendimiento Ilusión, agradecimiento
Compromiso, Desapego, fiadas de la providencia
Apertura y docilidad Inquietudes Esperanza Alegría
La certeza que debo compartir el carisma
Discernimiento Espíritu Santo
Vida, creatividad, luz” “Confianza. Hay vida”.
Agradecemos al Señor esta oportunidad de crecimiento y de estímulo para ahondar y vivir más profundamente nuestra espiritualidad.