Asamblea de la Subdelegación de Colombia.
«Escuchando la voz del Espíritu».
Del 8 al 11 de octubre se llevó a cabo la Asamblea de la Subdelegación de Colombia, la cual se realizó en la Casa de Espiritualidad de las Hnas. Franciscanas de María Auxiliadora en Funza, Colombia.
La Madre General Mª Carme Brunsó dio la bienvenida a todas las hermanas presentes e hizo alusión a la motivación del salón, el cual presentaba un paisaje marítimo con diferentes elementos del mar, destacando el gran caracol, cuyo símbolo nos remite a la importancia de la escucha, tanto de las hermanas en todos los momentos del compartir como del Espíritu que se va manifestando.
El primer día iniciamos sintonizando con el sentir de las hermanas ante los desafíos actuales y esto nos ayudó a comprendernos mutuamente y a aceptar la pluralidad. Seguidamente, compartimos la frase bíblica que nos iluminaba ante los desafíos del hoy de la Subdelegación.
Oramos contemplando el ejemplo de fe y de plegaria confiada de la reina Ester, imagen bíblica que nos ayudó a saber vivir la fragilidad desde la esperanza y a recurrir al Señor con humildad en los momentos de impotencia, ya que solamente Él es nuestra fuerza.
La reflexión del día estuvo basada en dos apartados del desafío: “AHONDAR EN LAS RAICES DE NUESTRA IDENTIDAD CARISMÁTICA”, el cual fue reflexionado por dos grupos y, luego, compartido durante la puesta en común.
El segundo día, iniciamos con la oración y reflexión en torno a otra mujer bíblica: “Priscila, mujer de fe en misión”, quien, junto a su marido Aquila, fue gran colaboradora en la misión apostólica de Pablo. Esta reflexión nos situó en el reto de compartir vida y misión con los laicos, un intercambio basado en la vivencia de la fe desde el carisma propio del Instituto, de ahí la necesidad de avanzar en la consolidación de la “familia carismática”. De esta manera nos preparamos para tratar el desafío: “PROFUNDIZAR EN LA MISIÓN COMPARTIDA”.
Para ello, tuvimos una sesión de formación e intercambio con la Sra. Belén Blanco mediante videoconferencia, lo cual suscitó inquietudes e interpeló a las hermanas. Ello supuso un enriquecimiento en todos los sentidos, ya que las hermanas tuvieron la oportunidad de despejar dudas con relación al tema, así como extraer herramientas para seguir impulsando la Misión Compartida en la Subdelegación.
El tercer día lo iniciamos con la oración que nos presentó a dos mujeres del Antiguo Testamento: Noemy y Ruth, que nos enfocaron en el tema de la interculturalidad y de la intergeneracionalidad, dos aspectos con los cuales nos encontramos en nuestra vida fraterna: un reto para seguir creciendo en unidad desde la pluralidad. Seguidamente, se reflexionaron los apartados 3 y 4 del primer desafío relacionados con la fraternidad y la formación permanente.
Por la tarde se inició la sesión del trabajo con el desafío: “CRECER EN CULTURA VOCACIONAL”. Este tema fue motivado mediante el vídeo del Padre José Cristo Rey García: “Con una sola vocación… no hay sequía”. La profundización se llevó a cabo en tres partes: Reflexión personal, celebración para agradecer el don de la vocación y reflexión grupal. En la celebración cada grupo de manera creativa manifestó la alegría que conlleva la llamada y seguir respondiendo al Señor: la fuente de nuestro gozo. Resonaron las siguientes expresiones: gratitud, fidelidad, presencia, don de tener hermanas, constancia, me dejé seducir, solamente Dios, tu luz nos hace ver la luz… Al finalizar, hicimos una revisión de nuestras actitudes en relación a la cultura vocacional, así como también algunas propuestas para avivar la pastoral vocacional.
El último día de la asamblea nos centramos en el desafío: “DISCERNIR NUESTRA PRESENCIA HOY”. La oración fue enfocada a partir de las mujeres que fueron muy temprano al sepulcro: “LAS MIRÓFORAS, EL EMPUJE DEL AMOR”. Estas mujeres habían caminado junto al Maestro, fueron testigos de su muerte y, por ese amor tan grande a Jesús, también recibieron la gracia de ser las primeras en conocer la gran noticia de la Resurrección. Dos hermanas representaron a estas mujeres y, al final, nos repartieron un pequeño frasco de colonia, para simbolizar que nosotras también somos testigos de la Resurrección de Jesús, invitadas a ser fragancia de Cristo ahí donde nos encontremos.
Luego, escuchamos unas palabras del Papa Francisco dirigidas a las religiosas. Motivadas con estos consejos del Santo Padre y el documento que se nos entregó, pasamos un tiempo de reflexión personal, para luego cada una aportar dos líneas de acción que nos ayudaran a discernir nuestra presencia actual en Colombia.
La Asamblea concluyó con una oración en la capilla, donde la Madre General se dirigió a las hermanas con unas palabras de síntesis de lo que se enfatizó durante estos días ESCUCHANDO AL ESPÍRITU. Finalmente, se entregó un detalle de recuerdo a cada una: un pequeño caracol como símbolo de la escucha realizada en estos días, actitud que debe permanecer en nosotras.
En estos días de Asamblea nos hemos sentido interpeladas para seguir avanzando en la vivencia del carisma recibido como una herencia preciosa que hay que cuidar y transmitir. Damos gracias al Señor por estos días de encuentro, de silencio, de reflexión y por la llamada a seguir creciendo y cultivando el carisma capuchino. Aunque los tiempos son cambiantes, queremos continuar dando respuestas como testigos del Evangelio porque está viva la llama de la esperanza en nosotras.